domingo, 16 de agosto de 2015

12-6-02

     Tras una dura noche de hospital en sillón articulado, la realidad calurosa del día poco induce a rescatar las sombras de lo que ayer construyó un día repasado a conciencia, por más que poco o nada quedara en la memoria fijado. Bordoneando le ha estado, a Clonista, el recuerdo amable, eso sí, de los disparates desternillantes rescatados por Azúa de la red donde fueron pescados, aunque circulan en el mercado volúmenes encuadernados. Que Mahoma naciera en la Meca a los cinco años; que la conquista de México fuera realizado por dos extremeños, Menéndez y Pelayo; que el oído interno conste de utrículo y dráculo; que Jesucristo fuera bautizado en Río de Janeiro, o que Sancho Panza era muy aficionado al vino, a las mujeres y a las drogas constituyen, a su manera, la otra cara de una realidad que siempre le es ofrecida al votante más desfigurada que la del fantasma de la ópera (versión De Palma). Clonista sabe de lo que habla, tras haber corregido unas pruebas de conocimientos mínimos para el 2º curso de la ESO, pues han sido confeccionadas ex profeso para asegurarse unos niveles de competencia que permitan a la Consejera del ramo ufanarse, aunque ufonarse sería palabro inmigrante más adecuado, según planea por el sistema como un ave de rapiña que abduce fondos de la enseñanza pública para alimentar los nidos de la privada, sin duda porque el sillón consejeril le susurrará al oído, en las inevitables becainas de algunas sobremesas, las cristiaunionísimas palabras de alguno de sus antecesores. A pesar de la influencia determinante del fútbol en la creación de la realidad, este mundial de posguerra, sólo seguido en televisión por los pudientes, y a través de la radio por la inmensa mayoría, da la impresión de haber reducido su extensión. Hoy, es decir, anteayer, un nombre, Loya Jirga, ha encandilado a los consumidores de la realidad prensada y, por descontado, a sus creadores. La mera enunciación del nombre parece conjurar el peligro de la atomización de que es expresión esa misma asamblea. País de banderías, ahora, por presiones extranjeras, unificados bajo una sola bandera. Muchas mujeres, siempre tan precavidas y avisadas, aún no se han deshecho de la Burka, por si acaso. Las pocas de ellas que participan en la Loya Jirga, eufónica como Favorables París Poemas , ¿o quizás poema? Ni siquiera la memoria a largo plazo se salva del naufragio..., han de sufrir el abucheo hostil de algunos machototes barbados poco inclinados a reconocer igualdades que les lleven de su atavismo medieval al siglo XXI.Se defienden para no caer en la locura, posiblemente. Quizás deberían entrar en el sitio de Eco y adláteres, en Internet, y hacer algunos ejercicios provechosos. De todos modos, qué bonito cuento de hadas el de Eco hoy. Clonista ignora a qué pueda deberse tanta candidez y semejante efusión de ingenuidad, procediendo además de quien procede. El bonito cuento del multiculturalismo siempre tiene algún ogro para el que conviene tener algún recurso defensivo, ¿ponemos por caso la salvaje ablación, la aplicación de la ley islámica, la burka, el apartheid, el esclavismo? Le sorprende, a Clonista, esa suerte de beatitud y de olor de santidad que se desprende del artículo de Eco, más aún cuando se trata del agradecimiento por un doctorado honoris causa. En la esquina española de la realidad todo sigue girando en torno a la inmigración. Diríase que anda el país detenido en esa cuestión, y que ni siquiera la anunciada y batallada huelga general del 20-J le roba el protagonismo. ¡Qué triviales los asuntos prensados! Ni siquiera las noticias culturales, más allá de la escultura de un artista inglés esculpida por artesanos italianos, tal y como suena; y la presentación del teatro tradicional de máscaras del Japón, llamado noh, entretienen el escaso ocio accidentado de Clonista, tan atento a la realidad del dolor como al disparate de horarios y compromisos propio.

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