domingo, 13 de diciembre de 2015

10-10-02

     Si ayer Clonista aducía su experiencia docente para avalar todos los temores del mundo ante la inexorable decadencia de la literatura, hoy, aunque no pertenezca propiamente a la visión prensada, no quiere dejar de reseñar lo escuchado en la cadena SER de buena mañana: “Hoy se publican las memorias de Gabriel García Márquez. En Barcelona, Lola Herrera, quien actualmente representa una de las obras más conocidas del autor, Cinco horas con Mario, leerá unos fragmentos del libro”. ¡Ya están aquí, ya han llegado, esas promociones a las que se refería Clonista! Para ellas, Borges será un aceite, D.Quijote un souvenir de turistas, Gaudí una flota de autobuses turísticos et sic de caetaris. A medias se reparten la realidad dos miradas bien distintas, pero ambas temerosas: la patronal vasca teme un empobrecimiento de las vascongadas si prospera la división social que propone el nacionalismo gopnvernante; la UE acepta diez nuevos socios, pero rechaza a Turquía, por mora, y a Bulgaria y Rumanía por paupérrimas. Se ve que la pretensión del Papa de que la futura constitución europea mencione el cristianismo católico como elemento definidor del continente ha hallado oídos favorables entre los tecnócratas meapilas bruselinos.  Como durante el mes de agosto, de nuevo las lluvias sobre Barcelona se han bastado, ellas solitas, para poner en evidencia la incapacidad de una ciudad que se pretende moderna y que ha vuelto a quedarse aislada, al anegarse las principales vías de acceso a la ciudad. Cayeron las murallas en el XIX, pero la incompetencia urbanística de siempre sigue en pie. Todo ello sin hacer sangre de la inundación de la sala donde se encuentran los transformadores de alta tensión del centro de control aéreo del aeropuerto, lo que ha supuesto un auténtico caos de cancelaciones y retrasos típicos de jornadas de huelgas salvajes. Menudo corte de mangas le ha hecho el rey marroquí al proceso electoral eligiendo un valido e invalidando, casi, tan incipiente democratización. ¿Movimiento estratégico para recuperar las buenas relaciones con España? Ya se verá. Aunque cada cual es hijo de sus obras, como pensaba y sostenía Cervantes –la errata teclear, hijo de sus sobras, también se las trae...-, el asesino de Washington, que tiene atemorizado al condado de Montgomery, se ha manifestado verbalmente: “Querido policía: Yo soy Dios.” De hoz y coz, pues, en la previsible mediocridad mesiánica usamericana; el país, recuérdese, donde el 90% de la población cree a pies juntillas en el ángel de la guarda. ¡Cómo cambian los tiempos!, que es lo propio de ellos, por otro lado; como cambia la realidad, su alias. La CIA contradice a Bush y rebaja el peligro de la amenaza iraquí. De hecho, solo se considera que podría ser peligrosa si se sintiera acosada, lo cual es otra perogrullada más de los altos análisis políticos con que se rigen los destinos del planeta. Flores d’Arcais y Vattimo arremeten contra la presencia en la canonización de Escrivá de Masssimo d’Alema. ¿Qué se le ha perdido a d’Alema en la fiesta del santo fascistón, el franquista y “apologista de las matanzas de Pinochet”, como escriben los defensores de una auténtica política de izquierdas en Italia, una política nacida de la base. Muy sonriente aparece Zapatero en su encuentro con Blair al inicio de la gira internacional en la que se irá dando a conocer para equilibrar la abusiva presencia internacional del caudillito. Elogia algunas políticas del inglés, pero se reserva la discrepancia en otras, para no enturbiar una relación recién iniciada. De todos modos, más le valía buscar pareja internacional en Alemania, porque Blair ya ha hecho buenas las migas con el Bush’s felpudo, [pronúnciese félpudou]. Mientras, sube de tono la protesta contra la política de fronteras del goppierno para evitar la inmigración ilegal. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía denuncia que el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior solo ha servido para que las pateras desvíen sus rutas tradicionales y busquen escenarios que acaban siendo abruptos y llenos de acantilados, lugares donde muchos de los pasajeros hacia el bienestar occidental acaban perdiendo la vida. Melilla, que no parece sufrir el acoso inmigrante de Ceuta, al menos con tanta intensidad, ha celebrado el quinto centenario de su fundación, pero lo ha hecho en Madrid, consciente de que una celebración así ha de ser un acto de la capital del reino, pues de otro modo difícilmente se hubiera ni siquiera sabido que existía tal efeméride. Lo que sí se ha sabido es el desigual reparto de los fondos para I+D, cuya mayor cuantía se destina a la fabricación de armas. Todo muy congruente con la acción habitual de un goppierno tan belicista y banderardoroso. La noticia sobre los detenidos en Irán por bailar “agarrados” en los guateques -¡desde cuándo no oía o decía Clonista esa palabra tan de su juventud, como el partí del tetas, un guaperas paleto y coleguilla de aquella época-  de las familias acomodadas, y que remite a aquella película-documental estremecedora llamada El círculo, parece incrustada en la realidad prensada como referente del retroviaje que se ha empeñado el caudillito que haga la sociedad española, ni más ni menos. Con motivo de haber tomado la decisión de que el Born finalmente no albergue la megabiblioteca pública que se pensó instalar en él antes de ser descubiertos los restos fibropatrióticos de 1714, Francesc de Carreras le ahorra a Clonista repetirse con pronunciamientos ya reiterados y le permite descansar en la copia del párrafo que suscribe, como suele decirse, con puntos y comas: “Que quede claro: seleccionamos los pedazos de historia que nos convienen y tapamos lo que nos molesta. No queremos conocer nuestro pasado por un legítimo afán de conocimiento: utilizamos la historia para satisfacer opciones políticas actuales. La historia como arma, como constructora y conservadora de mitos, contra el peligroso conocimiento crítico a que pueden dar lugar los libros. Igual, exactamente con la misma intención, que la siniestra ceremonia militar ante la gigantesca bandera rojigualda de la plaza de Colón en Madrid. Ni lo uno es historia ni lo otro es Constitución. Todos están en el mismo cesto de la propaganda dirigida a los sentimientos más primarios. Malos tiempos para la razón”. Eso sí, por el Museo de Greuges pasarán todos los alumnos de los colegios públicos de Cataluña para recibir el imprimátur de las  pétreas beceroles del nacionalismo triunfante. Se ve venir. A tono con la presencia de Ferrusola, MH consorte, en Roma, los vecinos de una finca urbana en la que han instalado un lenocinio, han decidido luchar contra un negocio que, además de dar mal ejemplo a las criaturas es una fuente de desagradable convivencia con los poco cívicos clientes que lo visitan. Sentados en la entrada del edificio controlan las entradas de los clientes y les avergüenzan que vayan allí a desahogarse: “¿Ya lo sabe su familia?” y “¡ya nos encargaremos de avisar a alguien!” son el tipo de presiones y amenazas verbales que se gastan las y los celosos inquisidores de las canitas ajenas. Las autoridades, que en la lucha contra la prostitución esclavista –las pupilas tienen unos macarras con quienes la patrulla antivicio ya ha tenido sus más y sus menos- siguen una política que no quiere acabar de enfrentarse del todo al problema, lo que originaría una contestación social de órdago, con innegables repercusiones electorales y mediáticas, se han quitado de encima a la patrulla con un argumento de manual: el puticlub tiene los papeles en regla, y adiós muy buenas. Clonista tiene cierta sensibilidad para detectar incoherencias. En el suplemento en catalán de su diario de referencia aparece un reportaje sobre la radio y en el pie de foto de una en la que se ve al periodista y escritor Joan Barril, se lee: “Juan Barril, ahir, mentre feia el seu programa La R-Pública, a ComRàdio.” ¡En el Quadern!  Por segunda vez en poco tiempo Clonista ha rescatado dos realidades de las páginas del suplemento CiberP@ís  de indudable interés. Una de ellas ya ha llegado a las páginas “normales” del diario. La de hoy aún no, la aparición de un programa de software que permite censurar las películas para verlas a gusto del consumidor. El programa tiene varios niveles de censura y el consumidor puede escoger el que le interese, en función de sus principios, de su ideología o, lo que será más común, de su religión. No todo iba a ser libert@d en la red, ciertamente. Del mismo modo que lo que comenzó siendo gratis acabará costando lo suyo. El viejo conocido Andreu Morte vuelve a estar al frente de El Mercat de les Flors. Con él arrastra una modernidad vistosa pero superficial, si bien parece haber conseguido que se abaraten las entradas, lo cual sí que tiene que ver con sus modestos orígenes esforzados. Aparece entre las frivolidades y las anécdotas de la sección Gente, pero la apuesta de Marco Pannella, el líder radical italiano, por que las misses vayan a Nigeria para lanzar desde allí su alegato contra la pena de muerte y la barbarie de la sharía merecía, cree Clonista, otro espacio. Más allá de que la necia realidad de los concursos de misses sea algo inaceptable, Pannella, siempre tan pragmático, pretende que, al menos, pueda rendir un servicio inestimable. Posibilismo, ¿no se le llama así, a su posición? El goppierno, a la vista de las elecciones en cierne, se decide a dar el gran subidazo de sueldo a los funcionarios, unas decimillas por encima del IPC, del que han estado tan alejados como el caudillito del evangelio cristiano. No tienen remedio. Clonista, aprovechando la primera prueba de medio maratón en compañía de Josep Oliver, le pedirá información sobre las teorías de los dos Nobel de economía. Especialmente sobre la influencia de la perspectiva psicológica en los procesos económicos. Lo que parece algo más que un exceso es la presentación hecha en la entradilla: “la concesión premia el hecho de haber roto con la visión tradicional de que la economía es una ciencia meramente racional.” Así dicho parece una reivindicación de López Rega, alias “el brujo”. ¿Aún se acuerda alguien de él, aparte de este clonicador impenitente de anárquica memoria?

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