miércoles, 16 de diciembre de 2015

13-10-02

     Hoy, jornada dedicada a la amistad por partida doble, mañana y tarde. Imposible, pues, acceder a la realidad prensada sino cuando ya es tarde, las fuerzas flaquean, el sueño se anuncia y, al fondo, perturban el sosiego una buena pila de ejercicios que habrán de esperar su turno mañana. La foto de portada del caudillito, riéndole quizás una gracia al monarca, y la expresión de un Marichalar que parece estar pensando: “¿pero de qué se ríe, así, este gilipollas?”, no tiene desperdicio. Impresiona tanto al espectador –descontando, incluso, el hecho de que nadie está exento de que una fotografía no le haga justicia, claro está-, que hasta la matanza de turistas en Bali, una isla de lujo en medio de un océano de pobreza y fanatismo, parece una realidad de segunda categoría. O la propia noticia de la rectificación del monarca marroquí, ahora dispuesto, quizás después de ver la consideración dispensada a Argelia, a estrechar lazos cuanto antes. Como entre rectificadores anda la cosa, Clonista cree que no tardarán en restablecer la buena vecindad diplomática. Los consejeros áulicos de Bush lo empujan a la guerra para cotizar al alza en las elecciones a la Cámara de Representantes, intentando obviar la catástrofe económica que han supuesto sus políticas. La última guerra tapó un lío de faldas; la próxima, una errática política económica. Y así debe escribirse la Historia, seguramente. El historiador británico Anthony Beevor sostiene que Usamérica no sabe nada de Irak, absolutamente nada, y que entrarían a ciegas en una guerra que podría deparar más de una sorpresa. La contaminación mediática es de tal naturaleza que incluso en la pacífica Finlandia un joven químico se ha innmolado en un atentado suicida que ha causado siete muertes. Que hoy sea domingo explica el aluvión de reportajes, entrevistas y material considerado más o menos intemporal que rellena la realidad prensada, o mejor dicho, el hueco que deja su ausencia. Es día de resúmenes, análisis “de alcance” y todo tipo de suspensiones de la actualidad. Por ejemplo, el reportaje sobre la singularidad vascongada de Álava, el gran problema secesionista del gopnvierno de Ibarretxe, quien ha de andar con ojo de no acabar siendo el lehendakari de dos provincias, en vez de serlo de la imposible marca territorial de sus sueños de grandeza. ¡Qué sensación de antigualla produce esa tensión de jóvenes grupúsculos violentos fascistas y antifascistas exhibiendo su genitalidad ideológica el 12 de octubre! Como de pasada, en un análisis –de fondo, naturalmente; y ahora le viene a la memoria a Clonista lo de los “fondos de armario”, tan femenino-, sobre por qué los jóvenes españoles no quieren ser soldados, se entera Clonista de que un cabo del ejército puede ganar unos 1.500 euros. Ante los 1.800€ del clonista, caben, en vez de preguntas, montañas de perplejidades. Lo que se explica también, y harto elocuentemente, es por qué casi nadie quiere tampoco ser profesor o maestro. Si añadimos, además, que España es el segundo país de la UE con mayor fracaso escolar, un 28’3%, el panorama desde el puente es más que tenebroso. Kertész, el húngaro nobelizado, recrea sus impresiones y confusas conclusiones ideológicas tras su visita a Jerusalén. Todo muy emotivo, pero confiesa su incapacidad de entender al pueblo judío, aun siéndolo él: “Nación, patria, hogar: para mí han sido hasta ahora conceptos inaccesibles. No puedo ni imaginar la armonía del ciudadano que se identifica sin condiciones con su patria, su nación.” A Clonista le pasa lo mismo. Finalmente, como ya se veía ir, los coches se van para el este de Europa, donde la mano de obra permite unos beneficios ya imposibles en los países del near west europeo.

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