13-10-02
Hoy, jornada
dedicada a la amistad por partida doble, mañana y tarde. Imposible, pues,
acceder a la realidad prensada sino cuando ya es tarde, las fuerzas flaquean,
el sueño se anuncia y, al fondo, perturban el sosiego una buena pila de
ejercicios que habrán de esperar su turno mañana. La foto de portada del
caudillito, riéndole quizás una gracia al monarca, y la expresión de un
Marichalar que parece estar pensando: “¿pero de qué se ríe, así, este
gilipollas?”, no tiene desperdicio. Impresiona tanto al espectador –descontando,
incluso, el hecho de que nadie está exento de que una fotografía no le haga
justicia, claro está-, que hasta la matanza de turistas en Bali, una isla de
lujo en medio de un océano de pobreza y fanatismo, parece una realidad de
segunda categoría. O la propia noticia de la rectificación del monarca
marroquí, ahora dispuesto, quizás después de ver la consideración dispensada a
Argelia, a estrechar lazos cuanto antes. Como entre rectificadores anda la
cosa, Clonista cree que no tardarán en restablecer la buena vecindad
diplomática. Los consejeros áulicos de Bush lo empujan a la guerra para cotizar
al alza en las elecciones a la Cámara de Representantes, intentando obviar la
catástrofe económica que han supuesto sus políticas. La última guerra tapó un lío
de faldas; la próxima, una errática política económica. Y así debe escribirse
la Historia, seguramente. El historiador británico Anthony Beevor sostiene que
Usamérica no sabe nada de Irak, absolutamente nada, y que entrarían a ciegas en
una guerra que podría deparar más de una sorpresa. La contaminación mediática
es de tal naturaleza que incluso en la pacífica Finlandia un joven químico se
ha innmolado en un atentado suicida que ha causado siete muertes. Que hoy sea
domingo explica el aluvión de reportajes, entrevistas y material considerado
más o menos intemporal que rellena la realidad prensada, o mejor dicho, el
hueco que deja su ausencia. Es día de resúmenes, análisis “de alcance” y todo
tipo de suspensiones de la actualidad. Por ejemplo, el reportaje sobre la
singularidad vascongada de Álava, el gran problema secesionista del gopnvierno
de Ibarretxe, quien ha de andar con ojo de no acabar siendo el lehendakari de
dos provincias, en vez de serlo de la imposible marca territorial de sus sueños
de grandeza. ¡Qué sensación de antigualla produce esa tensión de jóvenes
grupúsculos violentos fascistas y antifascistas exhibiendo su genitalidad
ideológica el 12 de octubre! Como de pasada, en un análisis –de fondo,
naturalmente; y ahora le viene a la memoria a Clonista lo de los “fondos de
armario”, tan femenino-, sobre por qué los jóvenes españoles no quieren ser
soldados, se entera Clonista de que un cabo del ejército puede ganar unos 1.500
euros. Ante los 1.800€ del clonista, caben, en vez de preguntas, montañas de
perplejidades. Lo que se explica también, y harto elocuentemente, es por qué
casi nadie quiere tampoco ser profesor o maestro. Si añadimos, además, que
España es el segundo país de la UE con mayor fracaso escolar, un 28’3%, el
panorama desde el puente es más que tenebroso. Kertész, el húngaro nobelizado,
recrea sus impresiones y confusas conclusiones ideológicas tras su visita a
Jerusalén. Todo muy emotivo, pero confiesa su incapacidad de entender al pueblo
judío, aun siéndolo él: “Nación, patria, hogar: para mí han sido hasta ahora
conceptos inaccesibles. No puedo ni imaginar la armonía del ciudadano que se
identifica sin condiciones con su patria, su nación.” A Clonista le pasa lo
mismo. Finalmente, como ya se veía ir, los coches se van para el este de
Europa, donde la mano de obra permite unos beneficios ya imposibles en los
países del near west europeo.
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