2-12-02
¿Por qué tendrá Clonista la pegajosa sensación de
haber atravesado las realidades del año 2 sin haberlas vivido? Hay que elegir
entre contar y vivir, ya se sabe. En fin. Ayer fue día de manifestaciones y hoy
se pone de manifiesto la tendencia a la excepción del PP. En Galicia se
manifestaron todos, excepto el PP; en Andalucía, contra la supresión del PER,
también todos, excepto el PP. ¿Resabios del caudillismo? Lo cierto es que la
censura, el cerrojazo informativo oficial sobre la inexistente marea negra
–oficialmente apenas si las manchas de un dálmata- pone de manifiesto la
auténtica tradición política del goppierno. Pringa bastante más la demagogia
que el fuel. Aun así, se resisten y contraatacan con esos modos broncos, casi
legionarios, que les retratan todavía con mayor nitidez. De todos modos, en el
combate de la demagogia y lo racional no siempre la razón lleva las de ganar
frente a la hidra de los embustes. Ahí está el derrotado Netanyahu
apocalíptico, sanguinario y verdulero: “Cortaremos las cabezas del terrorismo”.
Y se queda tan satisfecho. De un enfrentamiento entre diablos idénticos, pues
tales se consideran recíprocamente israelíes y palestinos, ¿cómo puede
inferirse que habrá un derrotado? Como cae del lado de los mitos griegos,
Netanyahu se abstiene de mencionar la Hidra, y menos aún de que escasean los
Heracles. ¿Y si empezara por cortar las de los responsables del Mosad, que
anduvieron poco despiertos cuando más se les necesitaba? Excelente, a todos los
efectos, la lección cívica de Joan Subirats en Los lunes en casa. La auténtica revolución de este siglo debería
ser, como él señala, la conquista, por parte del hombre, de un lugar propio en
la propia casa, más allá de ese sillón de privilegio frente a la televisión
embrutecedora. A Clonista, que siempre se ha considerado un excelente amo de
casa –sin mayor mérito que serlo por la fuerza de la costumbre y la necesidad-,
la propuesta de Subirats le parece purita arqueología, algo así como salida del
tiempo de las sufragistas; pero está convencido de que es una propuesta de
futuro. ¡Son tantas las realidades que conviven, siendo a menudo incluso
antagónicas! Cada casa es un mundo, en efecto, pero el mundo de la casa ha sido
el gran despreciado, y a quienes han mostrado ciertas habilidades para
desenvolverse en él, enseguida la cofradía machista se ha sacado de la manga
apelativos como “cocinillas” y similares. Dicho de otro modo, aún no ha entrado
en la mayoría de los hogares españoles el espíritu democrático ni el sentido
radical de la convivencia como aventura compartida. Y tardará. ¡Qué
insoportables tiempos de encuestas nos esperan! Se sucederán como los galgos en
la cabeza de sus carreras enfebrecidas y, al final, en la gran fiesta de los
embustes, habrá los arrepentimientos de rigor y ¿las sorpresas? Anda todo
pendiente de unos votillos aquí y otros allá, parece. ¿Y la “otra” marea negra?
32 subsaharianos han sido devueltos por el mar a una playa del Sáhara. Con el mal tiempo parecía que se había
acabado la temporada de asaltos desesperados a la ciudadela del bienestar, pero
no es así. ¿Nunca nadie es capaz de desengañarlos del viaje al infierno de la
explotación, ningún superviviente de esas suicidas aventuras, nadie que haya
vuelto asqueado de los esclavistas que negocian con ellos? Hay preguntas retóricas que sobran, desde
luego: “¿Por qué choca que sea guardia civil y homosexual?”, se pregunta el
desarmariado agente, más lorquiano que nunca. ¡Dejará de chocar! ¡Si hasta hace
relativamente poco, los gayos podían ser arrestados por ese cuerpo coronado de
tricornio charolado! Avanza, ésta para bien, la marea arcoiris. ¡Qué día de
excepciones! Casi al final, en el gueto de la Cultura, se hace referencia a la
inauguración de un centro dedicado a la memoria de Ovidi Montllor. Estaban
todos, ¿excepto quién? Premio.
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