8-5-02
Que vivimos huyendo, como si cada acto
cotidiano quisiera alejarnos del momento peligroso de quedarnos a solas con
nosotros mismos, le resulta tan evidente a Clonista que por fuerza ha de haber
llegado a pensar que la realidad no es sino una suerte de ceguera continua, una
cadena de negaciones, una escapada temeraria hacia ninguna parte, justo allí
donde todo sucede con una puntualidad irreprochable, desmesurada. Vacío sobre
vacío es la huida dentro de la realidad: las impredecibles espirales del humo
capturado en una pompa de jabón. Clonista sufre la obra del poder político
sobre su trabajo de asalariado del pueblo y se le escalofrían las entrañas al
ver cómo se manipula lo real a través del diseño, en este caso, de unas pruebas
que evalúan las competencias básicas de los chiquillos de entre 13 y 14 años,
para ajustarlo al discurso previamente establecido. Paciencia y barajar. Frente
al dominio militar de lo real, y aun a pesar de los ignominiosos muros
berlinescos proyectados para guetizar a los palestinos, el horror siempre
encuentra una rendija, como siempre lo hace el agua, por donde salir. ¿Cómo la
omnipotencia fascistoide de Sharon puede explicarles a sus conciudadanos que
tanta devastación y asesinatos como ha promovido no evitarán su inseguridad y
la amenaza constante de saltar por los aires en cualquier lugar y en el momento
más inesperado? Lo que no puede ser, no puede ser, y además... Menudo botín
ideológico el empacho ídem del asesino de Fortuyn: la sola enunciación del
ecologismo y la defensa de los derechos de los animales como tarjeta de
presentación del asesino, de 32 años, parece un alegato, o suena a tal. Del batiburrillo de asuntos que conforman lo
real, y que impone la necesidad de asegurar la propia clientela: La burla del
caso Liaño; el matonismo justiciero de Rato contra el portavoz socialista; el
río revuelto de las vascongadas con esos millones pagados por los empresarios
para salvarse a costa de condenar a otros o el enfrentamiento entre B y PP en
San Sebastián, con la San Gil regodeada en el sucia -¡tan revelador ideológicamente!- con que descalificaba a su
enemiga política, la fascistófila concejala de B, y tantos otros, Clonista se
queda con algo ya anunciado ayer y confirmado hoy: el intento de restaurar la
condición de asignatura académica de la religión católica en igualdad de
condiciones con el resto de las mismas, incluso a los efectos de repetir curso.
Poco a poco, el modelo restauracionista de Josemari Aznar -caudillo por la
gracia de los votos-, va imponiéndose: hoy es la confesionalidad del Estado;
mañana será la inauguración de próximos pantanos; desde que gobierna, el férreo
control de la TV pública...; de cada día, las dificultades en el Congreso para
ejercer el control al goppierno... Poco a poco, pues, caminamos con firmeza,
¡flechados!, hacia el yugo del pasado; incluso por rutas imperiales, como la
visita al emperador de Occidente. Después de ese descenso a los infiernos
dictatoriales, el regusto de la única estadística fiable leída en años: D.Quijote de la Mancha es la mejor novela
de la historia. A su lado, al de la noticia, Azúa también recomienda un libro: La ciénaga definitiva. Un título que
bien le cuadraría a esta clónica, sin duda. Pero Manganelli, su autor,
probablemente haya averiguado de la realidad algo con bastante más sustancia
que la parva cosecha aquí recogida hasta el momento.
Un servidor del pueblo ahorro puede constatar hoy el principio de que el examen de la realidad tiene como objeto glorificar al examinador. Este imperativo acrítico, chulesco, beneficia a cierta burocracia y su maldita prosa. Salvo en la conservación de sus prerrogativas, es un imperativo insustancial, por eso se expresa con consignas improvisadas, contradictorias, a veces incomprensibles o irrealizables.
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