domingo, 27 de septiembre de 2015

28-7-02

     A deshoras y en el ordenador portátil, Clonista se lanza a la doble aventura de recuperar un domingo insustancial y hacerse al nuevo aparato que le acompañará durante las inminentes vacaciones de agosto, si a las múltiples y variadas obligaciones de agosto se les pueden llamar vacaciones. Clonista no vaca, ciertamente, y aun se quejará de falta de tiempo para cumplir con todas sus obligaciones, las placenteras y las ingratas. Hoy, domingo, ayer en realidad, de nuevo la tragedia se encaramó a lo más destacado de la primera página de la realidad prensada: una catástrofe aérea que se llevó por delante 78 personas que contemplaban una exhibición aérea en Ucrania. Los pilotos, que escogieron, tuvieron tiempo de saltar en paracaídas. Tras la aprobación por parte del goppierno del proyecto de ley sobre educación secundaria, los socialistas llaman a rebato, pero queda por ver con qué propuesta lo hace, más allá de la protesta, que al fin y al cabo la LOGSE fue hija suya y es la que ha conducido a esta suerte de callejón sin salida que ha servido de justificación al PP para ir a la de los suyos, esto es, al negocio de las privadas. De hecho, la principal queja socialista es que no se adjunte al proyecto de ley la memoria económica que permita aplicarla cuando se apruebe, aun existiendo. Es tan escandaloso el desequilibrio entre las ayudas a la pública y a la privada, que el goppierno espera mejores tiempos, más discretos, silenciosos, ¡otro Perejil!, para que salgan al dominio público, a pesar de obrar ya en él, según información prensada de anteayer. El reportaje sobre Argentina insiste en recordar aquella película basada en la novela de Oswaldo Soriano que debería reestrenarse con honores de revelación y reverencia de documento fidelísimo. Otro reportaje dominical, pero no de la revista, sino del diario, alerta de las mafias operantes en España: delincuencia organizada de altos  vuelos  chapuceros y apariencia inverosímil. La realidad veraniega es hábil para declaraciones pintorescas que suelen revelar bastante de los sostenedores de las mismas. Pujol, por ejemplo, se  manifiesta en contra de la retransmisión de los debates parlamentarios. Quizás consciente de sus eternos problemas de imagen, y de los aún más serios de su salmonete –porque hablar de delfín suena a insulto que los delfines en modo alguno merecen, aunque, bien mirado, tampoco los salmonetes, ¡tan sabrosos!-, el MH ha decidido que la luz y los taquígrafos famosos deben ser cosa de la prehistoria y que no va con el nacionalismo bien entendido, que ha de ser cosa de petit comité, de familia bien o malavenida, pero de familia. B, antigua HB, está viendo que el victimismo real de quienes disienten del totalitarismo nacionalista da resultado mediático y enseguida se ha aprestado a robar el banderín de enganche. Ahora, concejales de Hernani acusan a la alcaldesa Ana Urchueguía, apaleada por correligionarios de esos fascistas, de “ponerlos en el punto de mira”. Niños y asesinos es una combinación escalofriante, no hay duda.  Las televisiones autonómicas andan con números rojos sempiternos, pero cae dentro de lo aceptable política y socialmente, mientras el pueblo reciba sus dosis de bazofia teledirigida. Los accidentes en la construcción continúan ascendiendo. La avaricia humana lleva a que un aumento de sueldo evite reclamaciones en caso de accidente. Cegados por los beneficios ridículos del destajo, los jóvenes aceptan cualesquiera condiciones de trabajo. La información relativa a los sueldos de 1800 euros para personas sin cualificaciónn profesional de ningún tipo lo dice todo. Mal anuncio ha hecho el PSC de controlar al céntimo de euro las cuentas del gociuerno de Pujol i MasDuran para que en esta carrera frenética de despilfarro publicitario hasta las próximas elecciones no les vayan a dejar una Generalidad tan endeudada que su única gestión posible sea la devolución de la deuda. Que el calor devalúa, degenera, la realidad no hay más que observarlo en el despliegue publicitario, autopublicitario de la empresa paisana para anunciar un agosto prensado casi al modo de la Tele 5 de sus más lúgubres épocas lazarovianas: “Reportajes, espectáculos y mucho humor en agosto”. Para echarse a temblar. Más provechosa es la entrevista de largo aliento hecha a Marcel Gauchet en el suplemento, de la que se destaca, con   fundamento, la siguiente afirmación incontestable: “La televisión vacía la democracia. De aquella imaginación al poder que reclamaban los jóvenes en el 68 hemos pasado a la imagen al poder actual, tan castradora”. En un rasgo de sinceridad que le honra, José Bono, de tan buena pasta apostólica él, reconoce que la política acaba entonteciendo, y aunque el reconocimiento esté entresacado de un contexto superficial y festivo, las bobas entrevistas de Karmentxu Marín para el ¡adiós! dominguero de la contraportada, debe ser una convicción profunda. No en vano lo dice quien lleva casi veinte años gobernando y treinta y dos militando. Clonista espera encontrarse mañana con una realidad menos reportajeada y más centrada en sí misma, si bien es consciente de que en agosto hasta la realidad, a la que puede, se escapa de sí misma. Clonista no, Clonista sigue al pie del cañón de la realidad prensada artificial con la esperanza estúpida  y la ilusión ciega de seguir esquiando por sus pistas celulósicas con el mismo escepticismo que el primer día, ¡tan lejano ya, ay!, del inicio de su singular aventura.

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