17-8-02
Aquí de
nuevo, unas horas después en el largo y al tiempo corto día vacacional, tan
lleno de afanes menores y gratificantes. Aún siguen embravecidos los ríos
centroeuropeos, y el canciller Schröder ya busca el agua como pretexto para
incumplir el famoso 3% de déficit público de la zona euro conforme a lo
establecido en el duro Pacto de Estabilidad, que desestabilizará económicamente
a tantos y tantos menesterosos, Clonista incluido. Aunque ajena a los intereses
prensados del clonista, la realidad de las dos alcasserniñas británicas parece
haber cuajado como uno de los grandes seriales del verano, de esos a los que se
enganchan los diarios como los recién nacidos al pezón de las madres. A
Schröder se le ha pasado por agua la campaña y su plan de choque contra el paro
ha tenido menos eco en su país que Loyola de Palacio en el suyo, diga lo que
diga, incluida la acritud anti Boliden. El gran experto consultado, directivo
de Volkswagen, ha incluido en su plan “importantes innovaciones para agilizar
el mercado laboral alemán.” Clonista se siente permanentemente estafado y
engañado por la sociedad, de ahí que la “agilidad” propuesta, esa manía de
poner en forma al mercado laboral, seguro que acabará suponiendo la casi total
gratuidad para el despido, pues cualquier plan de agilización incluye
necesariamente una reducción de calorías y una pérdida de volumen corporal.
Choca, en verdad, y escuece, que la imaginación humana se haya desarrollado
tanto en tantos campos científicos y, sin embargo, siga anclada en férreas
mentalidades esclavistas cuando de las relaciones laborales se trata. Vuelve Clonista
a su tarea diaria para encontrarse con el resurgir de un Belfegor
indestructible. Tres familias, 26 personas, hombres y mujeres, jóvenes y
viejos, y hasta niños, fueron degollados por la GIA, Grupo Islámico Armado. La
acción de los terroristas a lo divino lleva camino de convertirse en una
versión árabe de los jemeres rojos camboyanos, a juzgar por el número de
asesinados en los muchos años de vida que tienen tras el golpe de estado
militar que les impidió acceder al poder político del estado, con la
complacencia occidental, por supuesto. Usamérica sigue exigiendo la inmunidad
diplomática para sus fuerzas expedicionarias, civiles o militares. Ahora le
toca el turno a Colombia, y Uribe, tras haber decretado el estado de conmoción
interna, tampoco le va a parecer nada del otro mundo conceder algo así al amigo
americano. La realidad tiende a la sociabilidad, a juzgar por la costumbre de
asociar noticias de un mismo carácter, e incluso por la facilidad con que
determinado acontecimiento genera una cauda de otros del mismo jaez. Si Menem
anda en apuros por sus cuentas en bancos suizos, ahora le toca el turno a la
“primera dama” peruana, quien recibía un sueldecito de nada de un banco ligado
–quién lo iba a imaginar...– nada más ni nada menos que al cineasta y extorsionador Vladimiro Montesinos.
Consecuencia, además, de otros deméritos propios: el apoyo popular al
presidente Toledo ha descendido al 17%. ¿No es asombrosa la facilidad con que
se llenan las unidades hospitalarias de quemados políticos? La interiorización de
las pautas consumistas no podía excluir el mundo de la política, desde luego.
Por la esquinada realidad española, CiU ha escogido la abstención en la futura
votación parlamentaria para promover la ilegalización de B. Si en Génova la
policía ignoró tan bíblicamente qué hacía una de sus manos, a los “Mossos de
l’Esquadra” les han pillado con ambas en la masa de la construcción de pruebas
incriminatorias para detener a narcotraficantes, es decir, a sus colegas, según
lo instruido. Clonista sigue con atención la irresponsabilidad del goppierno en
ese trajín de inmigrantes que van de aquí para allá, que repatrían, que sueltan
a la buena de dios –porque el dios del PP es siempre el dios minúsculo de su
desalmadía y su impiedad– o que concentran hasta nunca se sabe qué, como casi
nunca se sabe del destino de tantas mujeres embarazadas como aspiran a que sus
hijos pertenezcan a otro mundo distinto del que a ellas las vio nacer. En
sucestiolandia, la realidad prensada de los ardores estivales, las batallitas
campales, música a todo trapo y botellón incluidos, comienzan a tener el
carácter festivo que no excluye, como en la de Benidorm, que algún arma
municipal o nacional se dispare adrede o fortuitamente. Amante del refrán
“Quien paga, descansa”, un transportista endeudado con un empresario, decidió
secuestrarlo y exigirle un rescate con el que, honrado él a carta cabal, las
satisfizo nada más recibirlo. De la diagonal del lector superviviente
“titular-identificación del firmante”, saca a veces el clonista algunas alegrías
intelectuales dignas de ser compartidas. Javier López Facal ha sacado la faca
de su segundo apellido y se ha dedicado a dar navajazos a diestro, con la
seguridad de quien sabe que hay poco hueso y mucha fofería política donde
acertar y ¿hacer daño? Eso ya está por ver, pues la desproporción entre la hoja
afilada y la adiposis protectora del zoón politicón es evidente. Entre kafka,
el pseudopetronio y un Krupp reciclado en gran demócrata anticomunista, tras
serle perdonada más de la mitad de la condena dictada en Núremberg, según
informa Facal, éste le da un repaso a la ¿política? científica del goppierno
que sirve de paradigma de su acción de desgobierno. Ante los horrores
denunciados, el suplemento Babelia, dedicado al miedo en la literatura, se queda
en colección de sustillos y obviedades como la del artículo de C.Aira: “Habría
que reconocer la utilidad del miedo y añadirlo a los instrumentos de
conservación de la especie”, que se combaten con la lectura de cualquier manual
de antropología, de divulgación, claro.
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