viernes, 26 de febrero de 2016

18-12-02

Han reconquistado, al fin, la primera página, pero a los terroristas de ETA les sorprenderá y contrariará haberlo hecho de forma tan chapucera como trágica: han asesinado a un guardia civil, y el comando, dos asesinos aficionados, ha sido detenido. El objetivo era instalar un coche bomba en Madrid para volver a la primera página de hoy con los honores sangrientos de una matanza “por todo lo alto” que recordara que ni siquiera la catástrofe del Prestige podía competir con ellos. Como en varias ocasiones anteriores, una vida ha salvado, quizás, muchas otras. Lo que no salvará a los gallegos de nuevas mareas será la incompetencia del goppierno, empecinado en revolverse contra la oposición para continuar lo único que les importa: no desatender el frente electoral en el que tanto se juegan –y en el que probablemente ya lo hayan perdido casi todo, a pesar de sus esfuerzos-. La petición de dimisión que le ha dirigido Rajoy a Caldera, portavoz chapucero del PSOE, acredita bien a las claras que el goppierno sólo sabe hacer oposición, pero no gobernar. Y la realidad gallega, más allá de especulaciones clonicadoras, es terca como una mula de noria. He ahí la salida por la puerta falsa de Fraga, dejando plantado al Príncipe, a quien acompañaba, para no sufrir las iras de 2000 manifestantes que hubieron de soportar, sin embargo, una carga política de la policía, como en los viejos mejores tiempos del siniestro personaje que ha atravesado la escena del poder español desde la dictadura franquista hasta nuestros días. Felipe González le echó un cable, porque le convenía electoralmente, con aquello de que le cabía el Estado en la cabeza y ha acabado cabiéndoles él a todos, especialmente a los gallegos, hasta en la sopa. Curioso personaje, Biljana Plavsic, ex presidenta serbobosnia, una mujer de una cultura exquisita que, a pesar de ello, se convirtió en una bacante incondicional de la orgía asesina de Karadzic. Hermann Tertsch la retrata en síntesis modélica. Extraño viaje, de la cultura a la coltura, parecido, salvando muchas distancias, al de Ramiro de Maeztu. Una sensibilidad parecida a la de la genocida es la de la casa Nestlé, que reclama a Etiopía nada menos que seis millones de dólares por la nacionalización de una empresa tras el golpe militar de Mengistu Haile Mariam, sin que lleve trazas el pleito de que esté dispuesta, Nestlé, a perdonar ni un centavo. Noticias así deberían condicionar la estrategia de compra de mucha gente, como acaba de condicionar la de Clonista. La modificación de la realidad, como se ha estudiado con acierto en la teoría del caos, no requiere, a veces, de grandes esfuerzos. El esfuerzo individual, propagado en onda, puede conseguir resultados espectaculares. Álvarez del Manzano, el rey del madroño, se irá envuelto en escándalos de malversación de fondos o, en lenguaje políticamente correcto, en “usos incorrectos de fondos públicos”, pero se irá. ¿Devolverá el dinero de todos que tan alegremente ha usado para beneficiar a unos pocos? Asciende a dos millones la cantidad de mujeres que sufren malos tratos domésticos por machos de la especie sin domesticar. Esa es una realidad de tomo y lomo, que se decía antes, de toma y te deslomo que se debería decir ahora, y contra la que el goppierno aún no ha acabado de reaccionar como debería. Se resolvió el pleito francés sobre el velo de la empleada. El tribunal ha fallado a favor de la represaliada, luego ha de ser readmitida. No está todo dicho, sin embargo, en los tribunales. En el sector público, por el contrario, hay sentencia favorable al despido. La empresa que la despidió la acogió al principio con el pañuelo; pero al ser trasladada a las oficinas centrales, donde era más “visible”, decidieron quitársela de encima, sin duda por estética. Esa torpeza de gestión recuerda a la política de confrontación de Mas quien se llevó una buena tunda de palos parlamentarios el día que celebraban la unión de todas las fuerzas políticas, salvo el PP, para modificar el Estatut. A ese candidato le sobran esfuerzos desesperados y le falta empaque, programa y credibilidad; pero eso no se adquiere en media legislatura, claro. Por lo menos los sindicatos “temen”, que ya es cautela, que el nuevo calendario escolar perjudique a los profesores. Eso se arregla rápido: que nadie hable por ellos, que evacuen consulta vía referéndum y se sabrá qué piensan. En este país, ahora que cae en ello Clonista, se le tiene cierto medio a los referendos, quizás por la historia franquista que abusó de ellos, pero deberían rescatarse, en determinados asuntos, para calibrar bien la respuesta de los afectados ante ciertas decisiones políticas. Lo del Folclòsrum se ve que no da una a derechas. Después de entrar en la política nominal de responsables de los debates y proponer algunos candidatos “de prestigio”, faltaba más, el goppierno se echa atrás y no quiere ni oír hablar de nombres antes de consensuarlos, lo cual quiere decir que los intentos de manipulación interesada del acontecimiento se suceden a un ritmo vertiginoso. Un nuevo ataque, esta vez desde Bruselas, contra la salud mental y física de los trabajadores: para salvaguardar los fondos de pensiones hay que alargar la vida laboral hasta casi los 70 años. Eso es lo que quieren: exprimir al proletariado hasta que coincida el adiós al trabajo con el adiós a la vida, que se pase de la cadena al nicho. ¿Quién fue el profeta, lamentable, de la nueva civilización del ocio? ¡Menuda pesquis la suya!

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