26-1-02
El
espperpento que gobierna televisión ha rectificado y ha anulado un homenaje a
Marsillach ¡nada menos que en Cine de
barrio, con el inefable Parada al timón lacrimógeno, topiqueril, empalagoso
y hortera! La cosa iba, pues, de recochineo, esa chulería típica de la derecha,
a lo Millán-Franco en la famosa foto del abucheo, del ¡os vais a enterar,
hombre! Ese tufo y aires legionarios son los que se respiran en las fotos
congresuales del PP. Excepto en la de la portada, una toma cenital en la que el
ínclito y simpatiquísimo Aznar parece imitar a José Luis Gómez en Informe para una Academia, lo cual ampliaría hasta el teatro el limitado
repertorio de sus inclinaciones artísticas.
Hoy, un sábado soleado de enero, que invita a refugiarse en una de las
mejores partes de la realidad, la naturaleza, parece que esa suma de
unanimidades, tan poco unamuniana, sea toda la realidad. Una de sus esquinas la
rompe el suicidio de un responsable de Enron. Otra, la de la huida de un primo
de Mohamed VI, que ha salido por piernas del coto de caza de su encumbrado
familiar para no acabar en la sala de trofeos del dictador. Y a Goytisolo,
Juan, lo poco que se le escucha clamar contra el feudalismo marroquí... Y
Zapatero, ¡hay que ver!, lo pronto que aprende a taparse las narices y a mirar
hacia otro lado, y no precisamente hacia aquel por donde caen los saharauis,
ciertamente. El resto de la realidad se ha quedado escondida, desaparecida en
combate, la crisis presupuestaria vasca y, hasta cierto punto, el recochineo de
los jueces conservadores que han renovado el tribunal supremo con todos los de
su bando. ¡Qué propio, en este país, lo de las banderías, los bandos y las
banderas! Y el Clonista no dice más. Le espera la ficción, que no está en
ninguna parte, y menos aún en la realidad tan chatorra, tan de balance y de
debe y de haber y de activos y pasivos y de cash flow y de liquidez y de
optimizaciones y de..., y lo deja.
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