19-4-02
El fin de semana -de la larga travesía
laboral tediosa y deprimente- anima a entrar en la realidad prensada con la
esperanza de ver con suficiente calma esa construcción penelopiana cuyo
entretenimiento está más en lo no hecho que en lo edificado, tan lleno de
grietas como falto de sentido. Lo que no fue se hizo fue durante unas horas -con el aliento irresponsable de políticos
lenguaraces- y el mundo entró en ebullición aterrorizada. El dios del azar
reclamó la paternidad y, como por arte de magia, el despliegue se encogió y la
noticia, en la radio, duró menos que Carmona en la presidencia de Venezuela.
Carlos Andrés Pérez, de tenebrosoambiguo pasado y expectante presente, aboga
por la teoría del “autogolpe” de Chávez, con la complicidad de parte del
ejército y la inocencia de “tontos útiles” como Carmona. Ya se verá. Clonista
había prometido quedarse algún día en los espacios marginales, pero están todos
ellos ocupados por la publicidad y, después de haberla repasado, ha de
reconocer que el noticiero es menos aburrido que el publiciero: coches, más
coches, bancos, móviles, Telefonica (sic), club de golf, viajes de lujo,
cruceros, más coches..., y Pelé haciendo propaganda de la casa Pfizer sobre
algún producto relacionado con los problemas de erección, aunque en ningún caso
queda claro que así sea. Las realidades de hoy, dispersas y sin el atractivo de
un eje central que organice el interés jerárquicamente, son auténticamente “de
mercado de víveres”. Pasea el lector y va escogiendo estos tomates por su punto
de madurez, aquellas naranjas por su color, las manzanas golden por las manchas
que presagian un dulzor exquisito, la sandía por el punto de nieve de su carne
roja... Los dos agresores de El Ejido que dieron una brutal paliza a dos árabes
han sido condenados a cuatro años de cárcel. La sentencia no recoge el
agravante de racismo, sin embargo. Claro. Se supone que eran un par de buenos
chicos a los que “se le fue la mano”, y a los que el agravante susodicho les destrozaría,
con más tiempo de condena, la vida. A su modo, han juzgado como juzga Arzalluz
a los “chicos” de ETA, ni más ni menos. Por lo demás, aun siendo aburridillo el
día, destaca la jugada financiera del presidente del Real Madrid, Florentino
Pérez, que se ha hecho con el control de la constructora rival de la suya, de
modo que se acabará convirtiendo casi en un monopolio. ¡Que gobiernen los
neoliberales para que pasen cosas así! A
Clonista, oblomoviano por naturaleza, se le antoja una heroicidad adentrarse en
la larga apología de Sergio Ramírez sobre la novela siempreviva, y la cruza en
escorzo, con la famosa lectura en diagonal -la diagonal del loco, sin duda-,
llevándose en los ojos ese perverso olor a naftalina de las buenas intenciones.
El gesto de fastidio se lo clonan a Clonista, sin pretenderlo, los directivos
de Prisa en el acto de escuchar a un accionista: ¡pero qué gilipolleces está
diciendo este mamarracho?, parecen decirse al unísono los agotados gestores de
la gran empresa, deseosos de que el trámite acabe cuanto antes. Clonista sabe
que su percepción subjetiva de la realidad es la única posible, y que buena
parte de la agria disputa política se centra en erigirse en auténticos y
convincentes intérpretes de cuál sea la verdadera realidad, y de quién está más
cerca o más lejos de ella, como si ella, per se, se declarara inequívocamente.
Ahí se queda, Clonista. Las realidades siguen su tejer y destejer que le dará
pasto de clónica de aquí a unas horas, mañana.
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